No quiere el Señor que nos falte de nada; por ello, también en el monasterio cada hermana ha recibido un presente, lleno de calor familiar, toda la comunidad reunida en torno al Señor que es el centro de nuestra vida. Un presente material, sin importancia económica, fruto de la generosidad de nuestros amigos y de nuestra reverenda madre priora.
También hemos recibido el mejor de los regalos, que es el Santísimo Cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo en la Eucaristía, y nos hemos alimentado con su Palabra.
Que sigamos el ejemplo de los Reyes Magos de Oriente, y sigamos con fortaleza de ánimo todos los días esa LUZ DE DIOS, que irradia su Amor por todo el mundo y llena nuestras vidas consagradas a ÉL.
Un presente muy especial, para conocer más a Jesús de Nazaret y para hablar con Dios. |