El 14 de enero celebramos la festividad de nuestro padre fundador:
San Juan de Ribera.
San Juan de Ribera.
En este vídeo se resume su vida y apostolado.
San Juan de Ribera (Imagen del escultor Roque López, siglo XVIII) Iglesia del Monasterio del Corpus Christi. Agustinas Descalzas de Murcia. |
Escudo episcopal de San Juan de Ribera. (pintura óleo sobre lienzo, de Hna. Fermina de Jesús). Monasterio del Corpus Christi. Agustinas Descalzas de Murcia. |
Homilía en la fiesta de San Juan de Ribera:
La Comunidad de Monjas Agustinas Descalzas del Corpus Christi de Murcia, en cuya iglesia nos encontramos, celebra hoy, 14 de enero, la fiesta de su santo fundador, San Juan de Ribera.
Juan de Ribera nació en Sevilla en 1533, en el seno de una nobilísima familia.
Estudió en Salamanca y a los 24 años se ordenó sacerdote. Con sólo 29 años fue nombrado Obispo de Badajoz. Seis años más tarde, el papa San Pío V lo trasladó a la sede de Valencia y le concedió el título de Patriarca de Antioquía.
Cuarenta largos años duró su pontificado en Valencia, y allí resplandeció por su abnegable celo apostólico; pero, sobre todo, brilló por su humildad, su austeridad, su intensa piedad y su amor a los pobres.
Una de sus grandes preocupaciones fue la formación de los futuros sacerdotes, que le llevó a fundar el Colegio Seminario del Corpus Christi, también llamado del Patriarca. Y en 1597 fundó la Orden de Monjas Agustinas Descalzas.
Murió el 6 de enero de 1611.
Pío VI lo beatificó el 18 de septiembre de 1796, y finalmente, fue canonizado por el papa ya Santo Juan XXIII el 12 de junio de 1960.
San Juan de Ribera animaba a sus monjas a buscar la perfección. Él quería que éstas, frente a tanto olvido y tanto agravio, volvieran "por la honra de Dios" y tuvieran una sed ardiente de Dios, esa sed de la que nos habla el salmo 41: "Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío".
O como nos dice San Agustín: "Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti". De ahí que las Agustinas Descalzas tengan como principal oficio la oración, y que en el centro de sus vidas esté siempre la Eucaristía.
En el centro de ese precioso mantel que adorna hoy su altar (que, por cierto, he sabido que lo pintó la Hna. Asunción, recientemente fallecida), aparece el símbolo de la Eucaristía, y una frase latina, lema del escudo episcopal del Patriarca, que dice: "Tibi post haec, fili mi, ultra quid faciam?", "Después de esto, ¿qué más puedo hacer por ti, hijo mío?". ¿No os habéis fijado en la invocación que constantemente tienen estas monjas en sus labios: "Alabado sea el Santísimo Sacramento"?. Lo han aprendido de su fundador.
Deseaba San Juan de Ribera que sus monjas "estuvieran a la altura de la vocación", y que aun en los más mínimos detalles, decía él, "crezcan en la virtud hasta llegar a ser serafines en la tierra". Y consideraba lamentable dejar "perder tanta riqueza por descuido y negligencia".
San Juan de Ribera, junto con San Agustín, acompañan la vida de nuestras monjas, que buscan a Dios con todo el corazón y han descubierto que sólo en Él se encuentra el descanso y la paz verdadera.
Hoy las felicitamos de corazón, y damos gracias a Dios por la presencia de esta Comunidad entre nosotros, a punto de cumplirse ya cuatro siglos de su venida a Murcia. Fue el 14 de marzo de 1616 cuando llegaban a Murcia, con la Madre Mariana de San Simeón, las primeras monjas agustinas.
Que el Señor aumente el fervor de nuestras monjas para que busquen afanosamente la santidad, (pensando egoistamente, algo se nos pegará a nosotros, porque donde hay un santo o una santa, eso se nota).
Y que el Señor bendiga también a esta Comunidad con nuevas vocaciones.
El santo Patriarca, San Juan de Ribera, ponga su man o para que este monasterio tenga las vocaciones necesarias, a fin de que la Eucaristía continúe siendo el centro de este oasis murciano del espíritu.
Rvdo. D. Jesús Belmonte Rubio.
Capellán del Monasterio del Corpus Christi.
Agustinas Descalzas.
Murcia.